miércoles, 25 de mayo de 2011

UFOLEAKS... a la venta el 12 de Junio de 2011 (Solo por internet)

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UFOLEAKS... INTRODUCCION

EOC es una publicación independiente, sobre los aspectos menos amables del mundo de los llamados fenómenos anómalos (fraudes, sectas, crimines esotéricos, estafas, falsos "escépticos", casos explicables, pseudocientíficos, etc) que, sin animo le lucro, viene publicándose y distribuyéndose gratuitamente desde 1992.
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En verano de 2005 una fuente directamente involucrada en el proceso de desclasificación de informes OVNI, protagonizada por el Ejercito del Aire español, se puso en contacto con EOC de forma epistolar. Y desde ese instante ese ha sido el canal a través del cual nos fue facilitando docenas y docenas de documentos del Ministerio de Defensa de España, sobre el fenómeno OVNI, no incluidos en ninguno de los expedientes desclasificados desde 1992. Dicha fuente se ha negado sistemáticamente a utilizar internet, o cualquier otra forma de comunicación electrónica, para filtrarnos esta información. 
El 1992 culminaba el proceso de desclasificación de los expedientes OVNI en poder del Ejercito del Aire de España, iniciado años antes.
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Sin embargo entre los militares y civiles involucrados en dicho proceso, coordinado desde la Seccion de Inteligencia del Mando Operativo Aereo (MOA) se erigieron algunas voces discrepantes. Como los militares del GAO, grupo de oficiales del Ejercito del Aire, que estando destinados en el MOA tuvieron acceso al total de la documentación, informes y expedientes sobre OVNIs en poder del Ejercito del Aire español, y no compartían el tratamiento oficial que se había dado al tema. Elaborando algunos informes, incluidos tambien en este libro, en los que expresaban su disconformidad con las conclusiones de muchos de los expedientes desclasificados, y revelaban la existencia de otros documentos no desclasificados.
 
Los militares y civiles que estuvieron implicados en el proceso de desclasificación, que culmino en 1992, continuaron sus respectivas carreras, bien en otros destinos del Ministerio de Defensa, o en otros ámbitos profesionales (Seguridad Privada, Inteligencia, etc). Durante los últimos años EOC tuvo contacto con varios de ellos, incluyendo a numerosos oficiales que, como jueces instructores, habían sido los redactores físicos de los expedientes desclasificados en 1992.
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Pero en 2005, una de las fuentes directamente implicada en dicho proceso de desclasificación, y que expresó su deseo de mantener el anonimato, contacto con EOC para hacernos entrega, paulatinamente, de los documentos, informes y expedientes oficiales sobre el fenómeno OVNI, y el proceso de desclasificación del Ejercito del Aire español, que nunca fueron publicados. Dicha fuente había escogido a EOC para dar a conocer dicha información.
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A partir del numero 54 de El Ojo Critico, publicamos partes de muchos de esos informes y documentos, en una serie de reportajes realizados en base a las indicaciones de nuestra fuente, que durante estos años ha continuado enviándonos, siempre de forma epistolar, mas documentación, informes y expedientes oficiales sobre el fenómeno OVNI que nunca han sido desclasificados, y que suponen un universo de datos e información oficial, de un valor incalculable para comprender la realidad del fenómeno en España, y el tratamiento que el Ejercito del Aire español ha seguido con el tema.
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Tambien se incluyen dossieres e informes sobre algunos de los investigadores españoles del fenómeno OVNI mas conocidos, como Juan Jose Benitez o Vicente Juan Ballester Olmos, redactados por los servicios de inteligencia del Ejercito del Aire o por sus gabinetes jurídicos, que reflejan la actitud de Defensa hacia unos y otros. 
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Sin embargo el volumen de informes y documentos desbordaba las capacidades de nuestra revista. Por ello hemos decidido abrir una colección de volúmenes monográficos, poniendo al alcance de todos los investigadores esta información inédita y nunca publicada. El análisis de estos documentos, al que todos los analistas, encuestadores, compiladores y estudiosos están invitados, pude arrojar luz sobre muchos de los aspectos de los fenómenos aéreos anómalos, y la actitud que los militares han tenido hacia ellos y hacia quienes los investigan, que nos beneficiara a todos.
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En la actualidad los gobiernos de Francia, Inglaterra, Brasil, Chile, Dinamarca, etc, han iniciado sus respectivos procesos de desclasificación del archivo OVNI custodiado por sus respectivos ejércitos del aire, inspirándose en el modelo español de 1992, por ello, en estos momentos, esta información exclusiva que por primera vez nos permite una percepción total y objetiva de la actitud oficial para con el fenómeno OVNI y los investigadores del mismo, tiene un valor y un protagonismo extraordinarios.
 
En este ocasión nosotros no quitaremos ni añadiremos nada a lo expuesto en los documentos oficiales, dejando al lector que tome sus propias conclusiones. Nos hemos limitado a ordenar cronológicamente la documentación, y a dividirla en capítulos para facilitar su lectura y comprensión. 
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Invitamos a que cualquier otro miembro del GAO, de los servicios de información, del Ministerio de Defensa o Interior, o de cualquier otro organismo, que haya tenido acceso a documentación como la que hoy revelamos, se ponga en contacto con nosotros, o con cualquier otro investigador que le ofrezca la suficiente credibilidad y solvencia, para continuar esta filtración OVNI. Esta UFOleaks…

lunes, 23 de mayo de 2011

PROLOGO de Bruno Cardeñosa a UFOLEAKS

DESCLASIFICACION OVNI EN ESPAÑA: HISTORIA DE UNA CONJURA

La apertura de los archivos oficiales sobre OVNIs de muchos gobiernos en los últimos años no se ha traducido en un impacto mediático especialmente destacable. Y, de paso, no ha supuesto tampoco un mayor interés de la sociedad por el que fuera calificado como el desafío científico más relevante del siglo XX. Sin embargo, el caudal informativo y documental que tienen los archivos oficiales franceses, ingleses o españoles que se han podido conocer en lo que va de siglo son una auténtica joya que está todavía por pulir.

            Si nos remontamos a 1992 y examinamos el caso español, seguramente podremos entender algunas de las causas de este fenómeno. Lo editores de El Ojo Crítico fueron de los afortunados que asistieron, junto a otros estudiosos españoles entre los que me encontraba, a los Cursos de Verano de la Universidad Complutense. Por primera vez en la historia, de forma oficial, el ejército español bajaba a la arena cuando un oficial de inteligencia -Ángel Bastida, coronel adscrito al Mando Operativo Aéreo- efectuaba una exposición sobre el secreto OVNI en España y las investigaciones oficiales que se habían realizado desde 1968. En dicha comunicación, tan correcta como fría y aséptica, Bastida confirmó que se había tomado la decisión de dar a conocer los archivos secretos del Ejército del Aire sobre el asunto mientras que no afectaran a la seguridad nacional. Apenas dos meses después, los primeros informes desclasificados llegaban a la biblioteca del Cuartel General del Aire.

Durante varios años, de forma intermitente, los expedientes sobre un centenar de casos fueron liberados. Aquellos informes estaban divididos en dos partes claramente diferenciadas. Una de ellas era el informe original de cada caso, efectuado por un juez instructor que reunía -más mal que bien en algunas ocasiones, regular en otras y con acierto y precisión en no pocas- toda la información de tal o cual avistamiento OVNI que, de una forma u otra, afectaba a la seguridad nacional, bien fuera porque el avistamiento hubiera sido protagonizado por militares, o bien porque hubiera ocasionado algún tipo de impacto (salidas de cazas para perseguir al No Identificado, detección en radar o la proximidad del artefacto desconocido a instalaciones militares).  Y la otra parte -que precedía a cada uno de esos informes originales y estaba redactada poco antes de la clasificación- consistía en un resumen del hecho por parte del oficial de inteligencia encargado del proceso.

            Ahí radicaba el problema: las valoraciones efectuadas justo antes de la desclasificación de cada uno de los documentos contradecía, en muchos casos, la investigación original, y explicaba -o al menos lo sugería de forma sibilina- de modo presuntamente “racional” (decir que sólo era un simple reflejo un objeto capaz de efectuar extrañas maniobras, de aspecto metálico y similar a un misil merece que la expresión racional sea entrecomilladas) los sucesos que habían acontecido años o décadas atrás. Además, en no pocas ocasiones, se echaban a faltar fragmentos de informes y documentos que, de haber estado en el dossier del caso, hubieran invalidado la explicación “racional”. Además de ello, también se echaban en falta numerosos expedientes que parecían haberse extraviado sabe Dios dónde y cómo (bueno, en realidad lo sabemos o suponemos). Expedientes que, dicho sea de paso, se habían elaborado a raíz de casos OVNI verdaderamente espectaculares.

Si se examina en profundidad el caudal informativo y documental que se liberó en el proceso de declasificación en España, la conclusión que cualquier estudioso extrae es que nos enfrentamos ante un fenómeno digno de estudio y que no pocos avistamientos responden a la presencia de artefactos volantes de comportamiento inteligente y procedencia desconocida. Sin embargo, si ese examen se limita a los expedientes previos elaborados por los servicios de inteligencia la conclusión que se extrae es otra bien diferente. Con el paso del tiempo quedó demostrado que los mandos militares españoles contaron con la colaboración de un grupo de individuos que fueron utilizados con ese objetivo. Y se prestaron a ello tanto que incluso da la sensación de que fueron quienes planificaron el proceso para provocar el desinterés social por el enigma OVNI.

El otro problema es que durante mucho tiempo se han dicho demasiadas cosas sobre lo que contienen los archivos secretos sobre OVNIs que guardan muchos gobiernos en los países más importantes. Al abrir parte de esos archivos -insisto: sólo parte de esos archivos- se produjo una sensación de desánimo entre aquellas personas que tienen un interés especial por el misterio de los “no identificados”. Ese desánimo estaba provocado por el hecho de que esos informes no escondían pruebas definitivas de la existencia de OVNIs ni certificaban que nadie tuviera los restos de presuntos ovnis estrellados y sus tripulantes. Pero eso en absoluto significaba que esos expedientes secretos no contuvieran informaciones verdaderamente apasionantes. Quizá el mejor ejemplo de ello se encuentra en el proceso de declasificación de Francia, en donde un organismo vinculado al CNES (Centro Nacional de Estudios Espaciales) dio a conocer años después del proceso de declasificación de España miles de documentos sobre otros tantos miles de casos que habían sido recogidos durante décadas -siguiendo unos protocolos de investigación previamente establecidos- y que eran y son, en sí mismo, una joya para los estudiosos del enigma OVNI.

Y después de Francia otros países han seguido abriendo sus archivos. Sin embargo, este proceso de declasificiación masivo no ha tenido el impacto mediático y científico que sin duda habría tenido en los años setenta, ochenta o noventa del pasado siglo. Posiblemente -y lo mejor sería que lo examinara un sociólogo- la revolución digital y la era de Internet tienen mucho que ver con el escaso impacto que ha tenido la declasificación de esos archivos. Y es que en estos años, Internet se ha convertido en la pista de hielo sobre la que se han deslizado -hasta patinar con toda “elegancia”- numerosas informaciones falsas, exageradas e inventadas sobre el fenómeno OVNI que han generado un grado de paranoia verdaderamente deleznable, en el que se mezcla una enorme incultura ufológica con nuevas tendencias en torno a la llamada exopolítica -que defiende que los gobiernos no sólo tienen pruebas de la existencia de los ovnis, sino que saben que son naves extraterrestres y que incluso han establecido contacto con entidades extraterrestres. Así, para quienes creen tal cosa, que se abran unos archivos que incluyen información sobre avistamientos, testimonios, estudios de huellas dejados por estos artefactos, informes sobre la detección en radar de ovnis no genera el más mínimo interés. Es como si para ellos esa información fuera de “segunda”. A lo sumo, algunos estiman que estas desclasificaciones forman parte de un proceso de entrenamiento sociológico para prepararnos de cara a la gran revelación sobre la presencia de extraterrestres en la Tierra.

Mientras tanto, la auténtica ufología ha perdido por el camino más de una década en la cual apenas se ha avanzado en lo que de verdad importa y durante la cual las investigaciones serias y rigurosas se detuvieron o, cuanto menos, se están realizando de forma discreta para evitar que  se asocien esos estudios a la fiebre exopolítica que inunda todo lo que tiene que ver con este asunto. Algunos pensaban -y pensábamos- que estar en un segundo plano mientras amainaba el tornado informativo generado por Internet permitiría que, antes o después, las cosas y los estudios pudieran retomarse. Esto no quiere decir que, en absoluto, no se hayan efectuado trabajos e investigaciones muy interesantes en todo este tiempo.

Gracias a trabajos como el de El Ojo Crítico puede tenerse la esperanza en que las aguas vuelvan a su cauce y la investigación del enigma OVNI retorne por los caminos que se abandonaron. Aquí el lector encontrará pruebas sobre cómo la apertura de los archivos españoles estuvo viciada por quienes pretendían que la opinión pública no se percatara de los apasionante de esas informaciones. Pero no hay secretos que duren mil años. Y en la era de las revelaciones de Wikileaks este libro se convierte en una auténtica filtración sobre cómo se hicieron las cosas entre las bambalinas de los despachos de altos cargos militares y presuntos escépticos en el tema ovni. El resultado es conocido, pero ahora tenemos los textos y escritos que muestran con sello oficial que quienes denunciaban a las autoridades militares de falsear la información estaban en lo cierto. Ojalá este libro sirva para demostrar eso y, a la vez, para que las nuevas generaciones de investigadores -las nuevas y las viejas, ya que los investigadores y periodistas que lograron hace no tanto tiempo interesar a la opinión pública sobre los ovnis apenas están en los cuarenta años y con infinito tiempo por delante para volver a subirse el tren (¡me lo aplico!)- descubran que el enigma de los ovnis sigue siendo apasionante y digno de ser investigado. En los archivos secretos desclasificados tenemos auténticas joyas que, como decía, están esperando a ser pulidas. Desde aquí, gracias a El Ojo Crítico por embarcarse en esa labor.     

viernes, 20 de mayo de 2011

PROLOGO de Fernando Rueda a UFOLEAKS


DOS ESPÍAS PARA INVESTIGAR SOBRE OVNIS

El tema OVNI nunca ha sido un asunto importante para el servicio de inteligencia español. Pero de ahí a que no le dedicaran su atención, como se deduce de la carta del ex director Emilio Alonso Manglano que desvela “El ojo crítico”, va un abismo.

Según mis propias investigaciones, realizadas hace un par de años, en aquellos años había dos agentes que dedicaban una parte de su tiempo a documentar y analizar los avistamientos OVNI que se producían en España. Efectivamente, como recoge la carta que desvela este “wikileaks español”, no formaban parte de un departamento propio, aunque estaban alerta por si en alguno de los sucesos se producía lo que llaman una amenaza a la seguridad nacional.

Tampoco creo que sea completamente cierto que no exista documentación en el CNI (antes Cesid y antes SECED) sobre el fenómeno OVNI. Después de 25 años ejerciendo el periodismo de investigación sobre el servicio de inteligencia español, puedo garantizar que todos y cada uno de los papeles que mueven es archivado por si en el futuro puede ser de utilidad. Ello me lleva a deducir que al menos los informes de esos dos agentes sobre cada caso deben estar guardados. Y, claro, nunca los conoceremos porque estarán catalogados como secreto. Manglano, un tipo hábil, prefirió no reconocer este extremo para evitar que los especialistas que se pusieron en contacto con él le solicitaran esos papeles.

No me cabe duda de que actualmente el CNI debe tener alguna o al
gunas personas dedicadas a seguir el asunto. Si los OVNIS existen, el organismo encargado de informar sobre ellos es precisamente “La Casa”. Su misión es dudar de todo, pero también documentar sus dudas e informar si en algún momento ven un atisbo de amenaza.

No obstante, si nadie les aprieta, es lógico que nieguen la mayor, como hacen siempre. Su trabajo siempre se desarrolla en las alcantarillas, sin luz ni taquígrafos, y prefieren que nadie aire su trabajo. Los papeles que ahora destapa “El ojo crítico” son una importante aportación a la necesidad y el derecho que tiene la sociedad de conocer todo lo que ocurre. Nadie debe saltarse ese derecho. Y en el tema OVNI hay que poner los focos.


Fernando Rueda
Director de ElReservado.es